TEXTOS
ARGUMENTATIVOS
Argumentar consiste en dar razones (argumentos)
para defender una idea (tesis) que consideramos verdadera.
Para escribir un texto argumentativo tenemos
que realizar dos operaciones previas:
Encontrar
una idea. Se trata de buscar o idear una tesis, la
cual vamos a apoyar con sólidos argumentos. Es probable que de entrada no se
nos ocurra nada. Podemos pensar en alguna experiencia personal relacionada con
el tema. La formularemos de forma clara, en forma de oración completa, evitando
vaguedades (“yo creo”, “pienso”, “en mi opinión”, etc.), evitando metáforas y
recursos figurativos, evitando las preguntas directas. En una tesis bien
formulada, hay una o algunas palabras clave en las que se centra el contenido
de la tesis.
Ejemplos de tesis:
En la
sociedad actual, la mujer está todavía discriminada.
La
contaminación constituye una amenaza para la salud de las personas.
La
novela policíaca posee un carácter intelectual.
Preparar
su desarrollo según cierto orden o plan. El escritor
debe situar los materiales en un orden determinado.
Si decide mostrar primero los argumentos para
concluir con la tesis, se tratará de una estructura inductiva.
Por el contrario, si la tesis se coloca al
principio y después siguen los argumentos, hablaríamos de una estructura deductiva.
El plan debe tener la forma de un esquema, es
decir, una lista estructurada que enuncie brevemente las cuestiones que
deseamos tratar.
No hay recetas mágicas: construir un esquema
requiere pensar.
Tomemos una cuartilla y escribamos arriba la
tesis. En ella subrayaremos las palabras clave.
A continuación escribiremos dos o tres ideas
principales, dejando entre ellas espacio suficiente para apuntar ideas
secundarias y ejemplos. El siguiente podría ser un ejemplo de lo que decimos:
Tesis
I.
Idea principal 1
a. Idea secundaria
i. Ejemplo
ii. Ejemplo
b. Idea secundaria
i. Ejemplo
II.
Idea principal 2
a. Idea secundaria
i. Ejemplo
III.
Idea principal 3
a. Idea secundaria
i. Ejemplo
ii. Ejemplo
Comentario
final, basado en ideas y ejemplos, que confirma la tesis.
El
párrafo inicial
Las posibilidades para este párrafo son
numerosas.
Puede plantear simple y llanamente la idea que
nos proponemos desarrollar. El trabajo se verá facilitado si comenzamos con una
oración sencilla que exponga o insinúe la idea principal.
Otra posibilidad consiste en comenzar con la
cita de una o varias opiniones ajenas, ante las que vamos a tomar posición,
apoyándolas o refutándolas.
En ocasiones, el primer párrafo contiene una o
varias preguntas (cuya respuesta será la tesis).
Se puede conseguir que el párrafo inicial gane
interés mediante una anécdota, una pequeña historia, un chiste, siempre
relacionados con la idea principal del texto.
El
párrafo final
Es importante redactar este párrafo con
cuidado. En ocasiones, el párrafo final recapitula, reafirma la tesis,
establece un propósito, apunta una solución, manifiesta un deseo o un
sentimiento, etc.
Si nuestro texto está bien desarrollado, el
párrafo final surge de forma natural. El lector se da cuenta de que el texto
está terminando por la secuencia de ideas que ha seguido. Por eso, no debería
ser necesario recurrir a llamadas tópicas como En conclusión…, De todo esto
podemos concluir…, Podemos resumir
que…, Por todo lo anterior….
Tipos
de argumentos
Los argumentos son las razones con que
deseamos convencer a los demás de lo que afirmamos en la tesis.
Hay muchos tipos de argumentos. Vamos a ver
algunos de ellos, y debemos entender que en nuestras argumentaciones
utilizaremos solo aquellos que mejor sirvan a nuestra idea. Usar demasiados podría
hacer que nuestra argumentación fuera pesada, redundante.
Argumentos
objetivos. Presentan hechos ciertos y comprobables.
Datos y cifras: Las mujeres cobran un veinte por ciento menos que los hombres en
puestos similares.
Ejemplos: En
las compañías aéreas, el puesto de piloto está reservado para hombres mientras
que las mujeres sirven comida y café a los viajeros.
Experiencia personal: Mi hermana, por ejemplo, cobra al mes doscientos euros menos por lo
mismo que hace su compañero.
Argumentos
racionales. Se basan en la relación entre dos o más
ideas, de forma que aceptada una de ellas como verdadera (1), se ha de aceptar
la verdad de las otras (2).
En
España, la gran mayoría de los altos cargos políticos y empresariales están
ocupados por hombres (1), luego es evidente que la mujer se encuentra de hecho
socialmente discriminada (2).
Argumentos
analógicos (de comparación). Establecen una semejanza
entre dos realidades: la idea que intentamos probar (1) y otra no relacionada
con el tema pero bien conocida por los interlocutores (2).
La
situación laboral de muchas mujeres en nuestro país (1) es similar a la de los
inmigrantes (2): han de aceptar trabajos de inferior categoría y cobrar por
ellos sueldos más bajos.
Argumentos
de autoridad. Consiste en citar en apoyo de nuestra
tesis las palabras de otra persona que pasa por ser un entendido en la materia.
No lo
digo yo, lo dijo Einstein: “Nunca consideres el estudio como una obligación,
sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del
saber”.
De forma esquemática, las estructuras
fundamentales que daremos a nuestros textos argumentativos son las siguientes:
Argumentación DEDUCTIVA
PÁRRAFO INICIAL. Presentación de la tesis.
|
DESARROLLO
Argumentos
Ejemplos
Argumentos
Ejemplos
|
PÁRRAFO FINAL. Conclusión. Recapitulación de
la tesis.
|
Argumentación INDUCTIVA
PÁRRAFO INICIAL. Planteamiento de una
situación o problema.
|
DESARROLLO
Argumentos
Ejemplos
Ejemplos
|
PÁRRAFO FINAL. Conclusión. Presentación de
la tesis.
|
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