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viernes, 21 de agosto de 2015

MUCHAS PELÍCULAS... Marshall Mc Luhan

Muchas películas se realizan hoy con un grado de penetración y de madurez que alcanza el nivel de los textos escolares. El “Enrique V” y el “Ricardo III” de Olivier reúnen una riqueza cultural y artística que revela a Shakespeare a un nivel muy alto, aunque de una forma de la que pueden disfrutar fácilmente los jóvenes.
La película es a la representación teatral lo que el libro fue al manuscrito. Pone a disposición de muchos en muchos momentos y lugares lo que de otro modo quedaría restringido a unos pocos y a pocos momentos y lugares. La película, igual que el libro, es un mecanismo de duplicación. La televisión es contemplada simultáneamente por cincuenta millones de espectadores. Algunos creen que el valor de experimentación de un libro disminuye al extenderse a muchas mentes. Esta noción está siempre implícita en las frases “medios de comunicación de masas”, frases carentes de utilidad que no tienen en cuenta el hecho de que el idioma inglés o el español constituyen igualmente un medio de comunicación de masas.
Hoy empezamos a darnos cuenta de que los nuevos medios no son simplemente una gimnasia mecánica para crear mundos de ilusión, sino nuevos lenguajes con un nuevo y único poder de expresión. Históricamente, los recursos del idioma inglés han sido configurados y expresados en formas constantemente nuevas y cambiantes. La imprenta cambió no sólo el volumen de la escritura sino también el carácter del lenguaje y las relaciones entre el autor y el público. La radio, el cine y la televisión llevaron al idioma inglés escrito hacia la espontaneidad y la libertad del idioma hablado. Nos ayudaron a recuperar la intensa conciencia del lenguaje social y del gesto corporal. Si estos “medios de comunicación de masas” nos sirvieran solamente para debilitar o corromper niveles anteriormente alcanzados de la cultura verbal y de la imagen, no sería porque haya en ellas nada inherentemente malo. Sería porque no hemos podido dominarlas como nuevos lenguajes para integrarlas en la herencia cultural global.
Cuando se analizan cuidadosamente estos avances, se hace patente que determinan una estrategia cultural básica para la enseñanza. Cuando apareció el libro impreso, amenazó los procedimientos orales de la enseñanza y creó la escuela tal como nosotros lo conocemos. En lugar de preparar su propio texto, su propio diccionario, su propia gramática, el estudiante empezaba a trabajar con estos instrumentos. Podía estudiar no sólo uno, sino varios lenguajes. Hoy estos nuevos medios de comunicación amenazan, en vez de reforzar, los procedimientos tradicionales de la escuela. Es habitual contestar a esta amenaza con denuncias sobre el desgraciado carácter y efecto de las películas y de la televisión, del mismo modo que se temió y se desdeñó el “cómic” expulsándolo de las aulas. Sus buenas y malas características de forma y contenido, conjuntados cuidadosamente con otros tipos de artes y de técnicas narrativas, podían haberse convertido en un importante instrumento para el maestro.
                                                                                     Marshall Mc Luhan


MENORCA ES UNA ISLA…

Menorca es una isla luminosa y radiante, bañada por el esplendoroso sol mediterráneo y por la aséptica blancura de la cal que a veces cubre hasta los tejados de las casas. El blanco de la cal, el verde de la campiña y el azul del cielo y del mar son los tres colores esenciales que componen la bella sinfonía en color que es Menorca. Visitar la isla es asomarse a una maravillosa tierra de promisión en la que todo es sencillo y amable, como sus habitantes, viejo y actual como la humanidad, e inédito y desconocido como una tierra recién alumbrada. Porque Menorca, por sorprendente que parezca, es una isla casi desconocida, o al menos no descubierta totalmente por el moderno turismo. En su costa, accidentada y diversa, se suceden magníficas calas y playas, unas en vías de urbanización y otras íntimas y solitarias, en las que todavía no ha pisado el hombre. El mar es un elemento permanente en su geografía, y sus numerosos abrigos y puertos naturales ofrecen un marco ideal para la práctica de todos los deportes náuticos.
            El relieve de Menorca es, en general, escasamente accidentado. Su mayor altura se halla en el monte Toro, en cuya cima, desde la que se ofrecen magníficas vistas, se levanta un santuario dedicado a la Virgen Patrona de la isla.
            Desde la Península, la comunicación más corta por mar es la que se realiza partiendo de Barcelona. También existe servicio marítimo desde Palma. El servicio aéreo está excelentemente atendido entre Barcelona o Madrid y Mahón, en vuelo directo de cincuenta y cinco minutos. Cuenta en la actualidad con un nuevo y moderno aeropuerto especialmente dotado para hacer frente a todas las necesidades de un tráfico intenso, tanto nacional como internacional.              

El resplandor de la hoguera (Valle Inclán)

Algunas boinas rojas salían de los riscos y bajaban corriendo hacia el puente. Se veía la silueta negra de los soldados destacándose sobre el claro azul de las alturas, ágiles y saltantes. Oyendo sus gritos sonoros en el silencio de las rocas, aquella hilada de cazadores que cruzaba como un rebaño por la carretera, sintió de pronto el aire encendido de la guerra agitar las almas, revolar en ellas, hincharlas y darlas al viento como el paño de una bandera. Cada sargento veterano fue un caudillo y un ejemplo en la ocasión. El veterano capitán se apeó dando gritos heroicos: - ¡Hijos míos, vamos a cubrirnos de gloria! ¡Es nuestro honor el honor de la patria! Tenemos dos madres: la santa que preside el hogar y nuestra bandera. Corrió a la cabeza de la tropa con la barba trémula y los ojos brillantes, prontos a llenarse de lágrimas, porque era siempre el primero en sentir la emoción de sus arengas. Un zagal de doce años, hijo de un bagajero, gritaba a par del capitán, huroneando por las filas para cobrar el asno. El animal, libre del peso del jinete, sacudía con desperezo los lomos y daba rebuznos tan sonoros que el eco milenario de aquellas montañas pudo despertarse recordando el son de la bocina de Rolando. Cuando alcanzó el asno, el muchacho cabalgó alegremente, y espoleándole con los talones corrió confundido entre los cazadores. Cerca del puente, una bala le abrió un agujero en la frente. Siguió sobre el asno con las manos amarillas y un ojo colgante sobre la mejilla, sujeto de un pingajo sangriento. Fue inclinándose lentamente hasta caer, y el asno quedó inmóvil a su lado. El padre, que le vio de lejos, acudió corriendo, muy pálido. Los cazadores hacían fuego por descargas sobre los carlistas que ocupaban el puente y sólo respondían con un tiroteo graneado. Advertíase que apuntaban y disparaban despacio, como a las liebres en el acecho y a las codornices en los trigales. El bagajero, inclinado sobre el cuerpo yerto del hijo, movía incesantemente la cabeza al oír el silbo de las balas.