IDEAS
GENERALES
MARCO HISTÓRICO
Dos
reinados se reparten el siglo: Carlos I
(1517-1556) y Felipe II (1556-1598).
España construye su imperio y ejerce la hegemonía mundial.
MARCO SOCIAL Y CULTURAL
Se
consagra el absolutismo real.
Sometida a él, la aristocracia se jerarquiza estrictamente y ocupa el último lugar los hidalgos, orgullosos y normalmente pobres. La Iglesia tiene un gran poder.
Se desarrolla la burguesía, obstinada
en ennoblecerse. Las clases populares vivieron años de prosperidad hasta que a partir de 1550 empezaron a empobrecerse; de ahí la
abundante mendicidad y la picaresca.
Se desarrolló una enfermiza preocupación por la limpieza de sangre, es decir, por no tener ascendientes judíos o
moros.
CRISIS IDEOLÓGICA
DEL RENACIMIENTO: REFORMA PROTESTANTE Y HUMANISMO
A)
REFORMA PROTESTANTE
La Reforma rompe la unidad cristiana de la
Edad Media, apartando de la Iglesia católica a países como Alemania,
Inglaterra, Suiza y Países Bajos. España defiende el Papado en el terreno
político, e induce la convocatoria del Concilio
de Trento.
El protestantismo, sobre todo en su
versión calvinista, estableció que el hombre estaba predestinado a condenarse o a salvarse desde su nacimiento.
Simultáneamente,
el catolicismo emprende su propia
reforma (Contrarreforma). Se busca
una espiritualidad nueva que lo devuelva
a la pureza evangélica. A esto obedece la fundación de nuevas órdenes
religiosas como la Compañía de Jesús (Ignacio de Loyola) y la reforma de otras
como los carmelitas (Teresa de Jesús y Juan de la Cruz).
La
inquietud religiosa es enorme y brotan frecuentes herejías de orientación
protestante o no. La Inquisición las
persiguió, así como cualquier rastro de judaísmo o islamismo. Todo esto es algo
común a toda Europa (matanza de San Bartolomé en Francia o ejecución de Tomás
Moro en Inglaterra).
En Trento, nuestros teólogos combatieron
la doctrina protestante y reafirmaron la doctrina católica tradicional según la
cual el hombre es responsable, con su conducta, de su salvación o de su
condena.
B) EL
HUMANISMO: PETRARCA Y ERASMO
Ø
Francesco
Petrarca (1304-1374) quiso devolver a Italia su antiguo
esplendor, proponiéndole el modelo de la Roma clásica. Escribió en latín e
italiano. Sus obras latinas influyeron en el siglo XV, pero en el XVI tuvo
mayor repercusión su obra italiana, sobre todo el Canzoniere, impresionante conjunto de poemas de amor inspirados por
la vida y muerte de su amada Laura. Su influencia, tanto en temas como en
métrica, que reciben los poetas españoles (como Garcilaso de la Vega),
franceses e ingleses, marca la aparición del Renacimiento en la literatura de
estos países.
Ø Erasmo
de Rotterdam (1467-1536) fue el humanista del siglo XVI más
influyente en Europa. Contribuyó a la difusión de los clásicos y fue fustigador
de las malas costumbres eclesiásticas. Propugnó una espiritualidad cristiana
más auténtica y fue sospechoso de contactos con el protestantismo, pero nunca
se incorporó a la Reforma. Las ideas morales y religiosas de Erasmo penetraron
profundamente en ciertos sectores intelectuales españoles dando origen al erasmismo español. Este pensamiento
impregna una parte considerable de nuestra literatura. Entre sus obras destaca Elogio de la locura.
Ø
El
Humanismo se extenderá en los siglos XV y XVI por toda
Europa. Un notable humanista español fue Elio
Antonio de Nebrija, creador de la primera gramática del castellano en 1492,
que fue además la primera gramática de una lengua vulgar en Europa. Otro fue Tomás Moro (inglés) que escribió Utopía.
Ø
Los
humanistas hablan de la dignidad del hombre (antropocentrismo), independizan la filosofía de la teología y desean que la razón
actúe en temas antes reservados a la fe.
Emprenden la restauración de los ideales
clásicos, mediante la recuperación
y estudio de textos griegos y romanos olvidados, y, cuando la imprenta se
inventó, a su difusión en libros.
EL
RENACIMIENTO
Es un movimiento europeo que, a lo largo del siglo XVI, aplica los ideales difundidos por los humanistas a
todas las actividades culturales: pintura, escultura, arquitectura, literatura,
historia, filosofía, música, política…
Se crean los estados modernos, las naciones, que aspiran
a ser “nuevas Romas”. Por ello, aunque la
veneración por el latín es total, se
impulsa el cultivo literario de las lenguas propias de cada país. Y se
aspira a que las lenguas nacionales alcancen la elegancia y dignidad de la
latina.
Sobre todas las literaturas europeas influyen los
escritores latinos (Horacio, Virgilio, Séneca, Cicerón…) y el italiano
Petrarca.
LA
LITERATURA RENACENTISTA ESPAÑOLA
Presenta una separación perfecta entre literatura profana
y religiosa.
En la literatura profana
encontramos:
·
En la lírica: se adoptan los motivos
poéticos y la métrica del petrarquismo
italiano.
·
En la narración: persiste el gusto por los libros de caballerías; pero
nacen dos géneros netamente españoles:
la novela picaresca y la novela morisca. Y se incorporan la novela pastoril, de imitación italiana,
y la novela bizantina. Cierra el
siglo la figura ingente de Cervantes.
La
literatura religiosa, de calidad
excepcional tanto en prosa como en verso,
se manifiesta con escritores de la talla de fray Luis de León, santa
Teresa de Jesús y san Juan de la
Cruz, con el desarrollo de la ascética
y de la mística.
EL
TEATRO RENACENTISTA
La única obra de teatro medieval conservada es el Auto de los Reyes Magos (siglo XII). Sin
duda hubo más textos que se han perdido.
Del siglo XV tenemos una Representación del nacimiento de Nuestro Señor, escrita en verso
por Gómez Manrique (tío del genial poeta Jorge Manrique).
A finales del XV aparece Juan del Encina, el cual escribe sus Églogas, aún inspiradas en asuntos religiosos y más tarde Lucas Fernández. Las obras de ambos se
representaban en palacios o en la Universidad de Salamanca.
Hacia 1535 vienen a actuar en España compañías de cómicos
italianos que traen su propio
repertorio, las Comedias del arte, y
que alcanzan un gran éxito. Lope de
Rueda, influido por estas, funda la primera compañía teatral española y
recorre el país representando comedias propias, y en los entreactos de estas,
intercala sus famosos Pasos: obritas
cortas, con personajes populares y argumento cómico, que constituyen el
precedente de los entremeses. Entre
ellos destaca Las aceitunas y La tierra de Jauja.
A lo largo del siglo XVI, se suceden los intentos para
hallar fórmulas teatrales que satisfagan al público, en especial, tragedias. Se adoptan modelos latinos
–Séneca, sobre todo- y los temas son de abolengo clásico o tomados de la
historia nacional. Aparecen autores como Juan
de la Cueva y Cervantes con Numancia.
Pero todos estos intentos quedan superados por Lope de Vega (1562-1635) que crea la
fórmula de la comedia nacional,
recibida con entusiasmo por el público, y que, desde fines del siglo XVI hasta el siglo XVIII estará vigente en la
escena española con continuadores como Tirso
de Molina y Calderón de la Barca.