Mi lista de blogs

martes, 30 de septiembre de 2014

Texto ¡Ay Muerte!


¡Ay Muerte! ¡Muerta seas, muerta y malandante!
Has matado a mi vieja, ¡matárasme a mí antes!
Enemiga del mundo, no tienes semejante;
de tu memoria amarga no sé quien no se espante.

Muerte al que tú golpeas, te lo llevas cruel,
al rico como al pobre, al santo y al infiel,
a todos los igualas al más bajo nivel,
por papas y por reyes no das ni un cascabel. (…)

Dejas el cuerpo yerto al gusano en la huesa,
el alma que lo puebla te la llevas de priesa,
no está el hombre seguro de tu llegada aviesa[1].
¡Al hablar de ti, Muerte, el horror me atraviesa!(…)

Haces al que era rico yacer en gran pobreza:
no guarda ni una miaja de toda su riqueza;
el que, vivo, era bueno y con mucha nobleza,
vil, hediondo es muerto, despreciable vileza.

No hay en el mundo libro ni tratado ni carta,
hombre sabio ni necio que de ti bien departa[2],
en el mundo no hay cosa que de ti bien se parta,
salvo el cuervo negro que de muertos se harta. (…)

Muchos piensan ganar cuando dicen: “¡A todo!”;
viene algún mal azar, trueca el dado a su modo;
junta el hombre tesoros y disfruta acomodo,
pero viene la Muerte y lo deja en el lodo. (…)

Los ojos tan hermosos, los clavas en el techo,
en un punto los ciegos, ya no tienen provecho;
enmudeces el habla, dejas sin aire el pecho;
en ti está todo el mal, el odio y el despecho.

El oír y el oler, el tocar, el gustar,
todos los cinco sentidos los vienes a gastar;
no hay nadie que te sepa del todo denostar;
¡cómo eres denostada por donde osas pasar! (…)

¡Ay mi Trotaconventos, mi leal verdadera!
Muchos te seguían viva; muerta yaces señera[3].
¿Dónde te me han llevado? No sé cosa certera:
¡no vuelve con noticias quien anda esta carrera[4]!
            Arcipreste de Hita Libro de buen amor



[1] traicionera
[2] hable
[3] sola
[4] camino (el de la muerte)

No hay comentarios:

Publicar un comentario