¿Qué
es un diccionario? Un diccionario es y ha sido siempre un instrumento. Un
instrumento cuya estructura externa, como la de tantos otros instrumentos
indispensables dentro de nuestra civilización, está determinada rígidamente por
el abecedario. Nombrado a secas, sin apellidos, y tal como lo concebimos hoy,
es el registro alfabético de un número elevado de voces de una lengua, el
contenido de las cuales se explica por medio de un texto equivalente o
sinonímico. Convendrá, desde el principio, prevenir la confusión entre el
diccionario sin más, el que los lingüistas llaman el diccionario de la lengua,
y otros productos lexicográficos que con frecuencia le toman prestado el nombre
(glosarios, vocabularios, enciclopedias, diccionarios especiales, diccionarios
regionales, etc.)
Insistamos
en el carácter básico de herramienta, y no de especulación científica, propio
del diccionario. La lexicografía no es una ciencia, sino una técnica, o, como
dirían los clásicos, un arte. Esta bella palabra, arte, encierra en nuestro
caso -permitidme la paradoja-una exacta ambigüedad, por lo que tiene la
actividad del lexicógrafo de oficio y de artesanía, y al mismo tiempo de
intuición, sensibilidad y pasión. La condición de mera técnica o arte que tiene
la lexicografía explica que durante siglos haya estado en manos de puros
aficionados, y aún hoy en buena parte lo esté. Y conste que lo de puros
aficionados no lleva ninguna carga despectiva. Un buen aficionado siempre es
superior a un mal profesional. En el arte lexicográfico, buenos aficionados
fueron, por ejemplo, los padres fundadores de esta Academia, autores del
admirable Diccionario de autoridades.
MANUEL
SECO REYMUNDO
Las palabras en el tiempo: los diccionarios
históricos
Madrid
1980
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