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martes, 4 de febrero de 2020

EL SIGLO XVI: EL RENACIMIENTO (I)


IDEAS GENERALES

MARCO HISTÓRICO
Dos reinados se reparten el siglo: Carlos I (1517-1556) y Felipe II (1556-1598). España construye su imperio y ejerce la hegemonía mundial.

MARCO SOCIAL Y CULTURAL

Se consagra el absolutismo real. Sometida a él, la aristocracia se jerarquiza estrictamente y ocupa el último lugar los hidalgos, orgullosos y normalmente pobres. La Iglesia tiene un gran poder. Se desarrolla la burguesía, obstinada en ennoblecerse. Las clases populares vivieron años de prosperidad  hasta que a partir de 1550 empezaron a empobrecerse; de ahí la abundante mendicidad y la picaresca. Se desarrolló una enfermiza preocupación por la limpieza de sangre, es decir, por no tener ascendientes judíos o moros.

CRISIS IDEOLÓGICA DEL RENACIMIENTO: REFORMA PROTESTANTE Y HUMANISMO 

A)    REFORMA PROTESTANTE

La Reforma rompe la unidad cristiana de la Edad Media, apartando de la Iglesia católica a países como Alemania, Inglaterra, Suiza y Países Bajos. España defiende el Papado en el terreno político, e induce la convocatoria del Concilio de Trento.
El protestantismo, sobre todo en su versión calvinista, estableció que el hombre estaba predestinado a condenarse o a salvarse desde su nacimiento.
Simultáneamente, el catolicismo emprende su propia reforma (Contrarreforma). Se busca una espiritualidad nueva que lo devuelva a la pureza evangélica. A esto obedece la fundación de nuevas órdenes religiosas como la Compañía de Jesús (Ignacio de Loyola) y la reforma de otras como los carmelitas (Teresa de Jesús y Juan de la Cruz).
La inquietud religiosa es enorme y brotan frecuentes herejías de orientación protestante o no. La Inquisición las persiguió, así como cualquier rastro de judaísmo o islamismo. Todo esto es algo común a toda Europa (matanza de San Bartolomé en Francia o ejecución de Tomás Moro en Inglaterra).
En Trento, nuestros teólogos combatieron la doctrina protestante y reafirmaron la doctrina católica tradicional según la cual el hombre es responsable, con su conducta, de su salvación o de su condena.

B)    EL HUMANISMO: PETRARCA Y ERASMO

Ø        Francesco Petrarca (1304-1374) quiso devolver a Italia su antiguo esplendor, proponiéndole el modelo de la Roma clásica. Escribió en latín e italiano. Sus obras latinas influyeron en el siglo XV, pero en el XVI tuvo mayor repercusión su obra italiana, sobre todo el Canzoniere, impresionante conjunto de poemas de amor inspirados por la vida y muerte de su amada Laura. Su influencia, tanto en temas como en métrica, que reciben los poetas españoles (como Garcilaso de la Vega), franceses e ingleses, marca la aparición del Renacimiento en la literatura de estos países.

Ø     Erasmo de Rotterdam (1467-1536) fue el humanista del siglo XVI más influyente en Europa. Contribuyó a la difusión de los clásicos y fue fustigador de las malas costumbres eclesiásticas. Propugnó una espiritualidad cristiana más auténtica y fue sospechoso de contactos con el protestantismo, pero nunca se incorporó a la Reforma. Las ideas morales y religiosas de Erasmo penetraron profundamente en ciertos sectores intelectuales españoles dando origen al erasmismo español. Este pensamiento impregna una parte considerable de nuestra literatura. Entre sus obras destaca Elogio de la locura.

Ø        El Humanismo se extenderá en los siglos XV y XVI por toda Europa. Un notable humanista español fue Elio Antonio de Nebrija, creador de la primera gramática del castellano en 1492, que fue además la primera gramática de una lengua vulgar en Europa. Otro fue Tomás Moro (inglés) que escribió Utopía.

Ø        Los humanistas hablan de la dignidad del hombre (antropocentrismo), independizan la filosofía de la teología y desean que la razón actúe en temas antes reservados a la fe. Emprenden la restauración de los ideales clásicos, mediante la recuperación y estudio de textos griegos y romanos olvidados, y, cuando la imprenta se inventó, a su difusión en libros.

EL RENACIMIENTO

Es un movimiento europeo que, a lo largo del siglo XVI, aplica los ideales difundidos por los humanistas a todas las actividades culturales: pintura, escultura, arquitectura, literatura, historia, filosofía, música, política…
            Se crean los estados modernos, las naciones, que aspiran a ser “nuevas Romas”. Por ello, aunque la veneración por el latín es total, se impulsa el cultivo literario de las lenguas propias de cada país. Y se aspira a que las lenguas nacionales alcancen la elegancia y dignidad de la latina.
            Sobre todas las literaturas europeas influyen los escritores latinos (Horacio, Virgilio, Séneca, Cicerón…) y el italiano Petrarca.

LA LITERATURA RENACENTISTA ESPAÑOLA
        
    Presenta una separación perfecta entre literatura profana y religiosa.

            En la literatura profana encontramos:
·        En la lírica: se adoptan los motivos poéticos y la métrica del petrarquismo italiano.
·        En la narración: persiste el gusto por los libros de caballerías; pero nacen dos géneros netamente españoles: la novela picaresca y la novela morisca. Y se incorporan la novela pastoril, de imitación italiana, y la novela bizantina. Cierra el siglo la figura ingente de Cervantes.

La literatura religiosa, de calidad excepcional tanto en prosa como en verso, se manifiesta con escritores de la talla de fray Luis de León, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, con el desarrollo de la ascética y de la mística. 

EL TEATRO RENACENTISTA

            La única obra de teatro medieval conservada es el Auto de los Reyes Magos (siglo XII). Sin duda hubo más textos que se han perdido.
            Del siglo XV tenemos una Representación del nacimiento de Nuestro Señor, escrita en verso por Gómez Manrique (tío del genial poeta Jorge Manrique).
            A finales del XV aparece Juan del Encina, el cual escribe sus Églogas, aún inspiradas en asuntos religiosos y más tarde Lucas Fernández. Las obras de ambos se representaban en palacios o en la Universidad de Salamanca.
            Hacia 1535 vienen a actuar en España compañías de cómicos italianos que traen su propio repertorio, las Comedias del arte, y que alcanzan un gran éxito. Lope de Rueda, influido por estas, funda la primera compañía teatral española y recorre el país representando comedias propias, y en los entreactos de estas, intercala sus famosos Pasos: obritas cortas, con personajes populares y argumento cómico, que constituyen el precedente de los entremeses. Entre ellos destaca Las aceitunas y La tierra de Jauja.
            A lo largo del siglo XVI, se suceden los intentos para hallar fórmulas teatrales que satisfagan al público, en especial, tragedias. Se adoptan modelos latinos –Séneca, sobre todo- y los temas son de abolengo clásico o tomados de la historia nacional. Aparecen autores como Juan de la Cueva y Cervantes con Numancia.
            Pero todos estos intentos quedan superados por Lope de Vega (1562-1635) que crea la fórmula de la comedia nacional, recibida con entusiasmo por el público, y que, desde fines del siglo XVI hasta el siglo XVIII estará vigente en la escena española con continuadores como Tirso de Molina y Calderón de la Barca.
           

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